Vid con Oídio Junio 2023
Los viñedos de La Mancha se encuentran ya en un estado muy desarrollado tras los meses de abril y mayo, meses con excesivas temperaturas y escasas precipitaciones, algo poco habitual para estos meses de primavera. A finales del mes de mayo por fin han llegado las tan deseadas lluvias para el campo, y en lo que llevamos de semana del 22 al 28 de mayo hemos registrado 69L/m2, y parece ser que la AEMET prevé en los próximos días más precipitaciones. Muchos de los viñedos de La Mancha ya se han tratado preventivamente para evitar la aparición de el oídio y mildiu, las dos enfermedades más comunes que afectan a este cultivo, pero tras las últimas lluvias y el aumento de la humedad y temperaturas los riesgos se disparan. Se trata de hongos fitopatógenos, es decir, hongos y bacterias que atacan antes, durante y después de la cosecha a todo tipo de plantas, siendo la vid muy propensa a ellos. Uno de los retos a los que se enfrenta la agricultura es el combatir a estos hongos. Un mismo hongo puede infectar a varios tipos de plantas, aunque sean de diferentes especies. Por lo general, el hongo pasa la mayor parte de su ciclo de vida como espora en la planta que le sirve de huésped, y es en primavera cuando se desarrolla. Es común que el hongo se reproduzca en la superficie de la planta o muy cerca de ella. Hay dos clases de ataques, el local, que se desarrolla sólo en una parte de la planta y el general que la daña por completo. Los principales daños son la necrosis y la muerte del tejido que infectan.
Vid con Mildiu
El Oídio y el Mildiu se desarrollan con gran facilidad cuando encuentran las condiciones ambientales para hacerlo. Estos hongos devalúan la calidad de la uva, complicando el proceso de vinificación y pueden llegar a provocar importantes pérdidas en la cosecha. Los factores climáticos son decisivos para la aparición de estos, por lo que la prevención y la actuación rápida se convierten en esenciales para detener la propagación del hongo en la vid. Determinados rangos de temperatura y humedad son propicios para la aparición de la enfermedad. El oídio se desarrolla en un rango de temperaturas de 22 / 27°C y una humedad relativa de entre el 30 y el 80%. Temperaturas por encima de 30°C dificultan su desarrollo, mientras que a partir de los 35°C se inhibe la germinación. El mildiu en cambio encuentra su escenario ideal en un entorno de lluvia superior a los 10 L/m2 y en rangos de temperatura por encima de los 15°C, el riesgo de propagación es mayor si es una primavera calurosa y le sigue un inicio de verano con lluvia abundante, como parece que está siendo este año 2023. Tanto el oídio como el mildiu de la vid atacan a todos los órganos de la planta, con síntomas que pueden ser fácilmente visibles en hojas, tallos y racimos. En el caso del oídio, por ejemplo, la infección se desarrolla tanto en tallos como en hojas en estado herbáceo, y en los racimos puede producirse en un estado especialmente sensible como es la floración, con la aparición de un característico polvo blanquecino, conocido como cenicilla. En el mildiu, los síntomas más evidentes son similares unas pequeñas manchas de aceite en la hoja que en la parte del envés se tornarán blanquecinas con un aspecto algodonoso. Si el ataque de mildiu es fuerte, los daños pueden provocar desde la desecación y caída de las hojas hasta la pérdida total del fruto.
Para combatir el oídio y mildiu si nos encontramos en época de desarrollo de la enfermedad y en función de sus características y momento de aplicación utilizamos tratamientos fungicidas, que se pueden dividir en preventivos y curativos. También existen prácticas culturales de carácter agronómico, como una poda severa en verde y eliminación de los restos, aireación de la vid y favorecer la entrada directa de la luz solar, control de riego, etc. Estas prácticas pueden contribuir a evitar la aparición del hongo en pequeñas zonas del viñedo. Para tratamientos en viña ecológica las medidas más comunes para proteger a las vides de este problema son el uso del azufre y el cobre, tanto espolvoreados como en forma de polvo mojable siempre en las cantidades recomendables por las oficinas de gestión. Si bien estas medidas en ecológico son efectivas, pueden tener algunos inconvenientes, por ejemplo, si el tratamiento se da con altas temperaturas puede causar quemaduras en la planta, sobre todo en los frutos expuestos a la luz, de ahí su recomendación en hacer los tratamientos nocturnos o a primera hora de la mañana únicamente. Para el resto de cultivos existe un amplio catálogo de soluciones biofungicidas desarrolladas bajo un modelo de tecnología natural. Biofungicidas de acción curativa para el control del oídio de la vid que ejercen una acción secante, biofungicidas para el control del mildiu de la vid que no deja residuos en la cosecha y no interfiere en la vinificación, etc. Es fundamental estar alerta tanto de las condiciones meteorológicas como de los signos que pueden mostrar, pero siempre la prevención es la mejor aliada del agricultor.
Fuentes: seipasa.com / bayer.es
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